miércoles, 16 de marzo de 2011

Tercera sesión: 15 de marzo de 2011

Refrescando la memoria respecto a las sesiones previas de la semana anterior, es necesario poner de relevancia la calidad y credibilidad de los recursos web que estemos buscando en un momento dado. Para ello, hemos de ajustarnos a una serie de criterios lógicos y prácticos que nos permitan ajustar el nivel de calidad y verosimilitud de los contenidos. Algunas personas, las cuales considero “profanas en la materia” (modestia aparte, teniendo en cuenta lo que ya sabemos), consideran que un sitio cuanto más enlaces tenga más credibilidad tiene y mayor valor. Como bien sabemos, esto no tiene porqué ser así, sino que debemos ceñirnos al patrón explicado la semana pasada (entre otros criterios alternativos), buscando en diversas fuentes alternativas que supongan un cierto nivel de calidad y credibilidad al respecto.

Como prueba de este mencionado “indicador de calidad” tenemos el sitio de Slideshare, en el cual pueden colgarse en cualquier formato todo tipo de presentaciones, las cuales suelen estar compartidas y en abierto para todos los internautas. En su buscador podemos ver e incluso descargar infinidad de presentaciones del ámbito que se nos antoje (además de la que nos atañe en estas sesiones), tomándose como indicador de su calidad el número de visitas y descargas. Sin embargo, opino que esta premisa es relativa, pues hay que ceñirse a un patrón lógico de elección, y a partir de él aceptar o desechar contenidos.

Un claro y desgraciado ejemplo es el reciente terremoto y posterior tsunami acaecido en las costas japonesas el pasado día 11 de marzo. Si ponemos en el buscador (preferentemente en inglés) “Earthquake Japan”, veremos infinidad de presentaciones donde aparecen reflejadas numerosas instantáneas de la catástrofe. Entrando en una de las primeras (y supuestamente más visitadas con 2541 visitas a día 16/03/2011):


Podemos ver que la presentación tiene más bien un carácter “ilustrativo”, donde el objetivo parece ser dar a conocer la magnitud de la desgracia, lo cual tiene un fin lógico en una línea de periodismo que algunos puritanos llamarían “sensacionalista”, pero que no deja de ser desgraciadamente la pura realidad. En cambio, los contenidos con carácter científico que expliquen la causa y magnitudes del fenómeno son más bien escasos, expresándose además en lengua inglesa, lo cual, aun siendo “imprescindible” su manejo, sigue siendo una barrera idiomática para numerosos sectores de la población. Es de suponer que con el paso de los meses (han transcurrido solamente cinco días) vayan surgiendo nuevas fuentes de mayor calidad y más accesibles para todos, sobre todo teniendo en cuenta que es necesario que la sociedad japonesa (con grandes esfuerzos) vuelva a la normalidad, se evalúen los daños y los científicos lleguen a establecer una serie de conclusiones finales aclaratorias al respecto. Con ello, lo que quiero decir que presumiblemente un mayor número de visitas no implica a priori una mayor calidad de contenidos.

Cambiando de tema, visualizamos al comienzo de la clase un vídeo,


el cual está filmado por un grupo de jóvenes estadounidenses, supuestamente estudiantes universitarios, en el cual se refleja someramente cómo es su día a día dentro y fuera del aula, poniéndose a modo de conclusión que se aprende viviendo (I learn by: living!). Seguramente lo que quieren dar a saber es que el conocimiento no sólo se basa en el micro mundo de los libros y las aulas, sino que la realidad es mucho más grande y hay numerosos ámbitos de los que podemos sacar partido como estudiantes, como futuros docentes y como personas. En definitiva, la vida misma debería ser nuestra mejor fuente de conocimiento para madurar y ser mejores personas día a día. De hecho, numerosas personas sin estudios pueden “llegarnos a llenar” a nivel personal y moral más que un simple universitario, simplemente por sus experiencias y vivencias.

En segundo lugar, visualizamos otro vídeo,


en el cual podemos ver hasta qué punto la influencia de la red (desde el punto de vista estadounidense) puede estar en nuestras vidas. Sin embargo, y a pesar de esta matización particular, este fenómeno es algo innegable e incluso irreversible. Como se ha mencionado hasta la saciedad, en nuestra labor como futuros docentes deberemos adaptarnos a los nuevos medios y tecnologías, con nuevas competencias, tareas y obligaciones que atender. Sin embargo, tal vez la verdadera esencia del aprendizaje de las ciencias sociales debe seguir ahí (conocer el medio que nos rodea temporal y espacialmente, tener capacidad de criticar y discernir), y no conviene dejarse llevar excesivamente por este nuevo movimiento de masas, sino simple y llanamente darle su lugar dentro de este entramado cada vez más complejo. Por ejemplo, hay hoy día países con un menor grado de desarrollo donde no pueden “permitirse el lujo” de tener estos recursos en el aula, pero esto no implica que el proceso de aprendizaje sea una quimera en este machacante proceso globalizador, aunque desgraciadamente la llamada “brecha digital” se irá agrandando con el paso de las décadas.

Teniendo en cuenta estos temas, nos podemos preguntar si es lo mismo estar alfabetizado en la actualidad que hace veinte o veinticinco años. A pesar de las matizaciones que se le pueda dar a esta “propaganda digital intensiva”, es evidente que no. Hace dos décadas el listón era mucho más bajo y todo este mundo era aún algo desconocido e inalcanzable para la mayoría de la gente de a pie en el mundo desarrollado. Aún más impactante resulta este fenómeno para las personas de la tercera edad, que ven todo esto como un “invento del diablo”, teniendo exclusivamente en cuenta las noticias de los malos usos de la red que aparecen a diario en los informativos. Prueba de ello es cómo increíblemente numerosas personas de este sector de edad creen que para trabajar en lo más básico basta con saberse “las cuatro cuentas”… concepto que hace ya tiempo quedó obsoleto, como bien sabemos.

De esta manera, no basta ya con leer prensa o ver la televisión, pues hay más medios de acceso a la información disponibles las 24 horas desde cualquier lugar. Para desenvolvernos, debemos tener una serie de habilidades ya mencionadas, comenzando desde la escuela en la formación de nuevas tecnologías. Sería necesaria una fuerte inversión por parte de los diversos agentes sociales implicados (y también una dosis de tiempo y paciencia) para conseguir este objetivo, aun sabiendo que los alumnos son los principales consumidores. Todo ello, como ya bien sabemos, aplicando según el nivel y necesidades del grupo, una serie de criterios y competencias desglosadamente para saber elegir y discernir lo que estemos tratando.

Durante el transcurso de la clase, también tuvimos lugar para ver y utilizar de manera práctica algunos sitios web que pudieran resultarnos de interés para su aplicación, los cuales iremos ampliando en las restantes sesiones.

Primeramente, resaltar la importancia de los gestores de referencias bibliográficas, los cuales se definen como aplicaciones destinadas a manejar bases de datos de referencias bibliográficas obtenidas a partir de distintas fuentes, capaces de crear, mantener, organizar y dar forma a referencias bibliográficas de acuerdo con diferentes estilos de citación. Un ejemplo de ello es la aplicación web RefWorks (de pago) y otras de carácter gratuito. Pienso que sería necesario echarle un vistazo a estas utilidades antes de concluir las sesiones, si el tiempo lo permitiera.

Por otra parte, hemos conocido la presencia de webs, cuya misión es almacenar los marcadores de páginas favoritas que se guardan en los navegadores, con la ventaja que ello puede suponer para personas que se hallan constantemente cambiando de ordenador para realizar sus tareas diarias. En este ámbito destacan las web de Delicious y Diigo, pudiendo haber interactividad y transferencia de información entre ambas, barras de búsqueda personalizada, filtros, etc. Sin embargo, sería conveniente saber usar de manera racional e inteligente este recurso, pues tal vez no sea del todo conveniente dar a conocer todas nuestras cartas a los internautas. Se dice que la “información es poder”, y no es bueno que dejemos violar nuestra intimidad por personas que puedan hacer un mal uso de nuestro trabajo y recursos que tanto esfuerzo nos ha supuesto conseguir.

En la última parte de la clase pudimos observar un ranking de sitios web, en los cuales se buscan informaciones de carácter general. Vemos como Wikipedia ocupa el segundo lugar, y ligeramente por encima tenemos a Google. Este sitio web ha experimentado un crecimiento realmente increíble en muy poco tiempo, llegando a ser el “astro rey” de la red, con una gran potencia y rapidez en cuanto a recursos de búsqueda. Para comprobarlo, hicimos una serie de búsquedas avanzadas (que no las de carácter simple) para comprobar su funcionamiento, según una serie de premisas previas que acorten y delimiten la información que exactamente estamos buscando.

Como se ha podido apreciar, los recursos de la red son realmente inmensos y útiles si saben usarse apropiadamente, sorprendiendo cómo aun siendo titulados universitarios (con un cierto bagaje) tenemos grandes lagunas en estas áreas. Sería necesario abordar estos contenidos de una forma más amplia, detallada y pausada para que pudiéramos asimilarlos mejor (como presumiblemente sucederá en otros planes de estudio), en lugar de darlos deprisa y corriendo en únicamente cinco sesiones… pero desgraciadamente el tiempo es oro en la docencia contemporánea.

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